lunes, 15 de septiembre de 2014

Siena, una de las ciudades más bellas de La Toscana


Siena es una ciudad, la cual llevaba años y años en mi cabeza, de esas ciudades que me quedaban por conocer de la bella Italia puesto que el trazado de su plaza siempre me había parecido singular. Llegamos a ella tras haber comenzado la ruta en Roma, pasado por Bagnoregio y habernos bañado en las termas de San Filippo. Con prisas también puesto que nos esperaban en el Hotel de Arezzo.

Pudimos dejar el coche a extramuros muy cerca de una de sus puertas de entrada, por lo que el viaje al centro fue un agradable paseo. Ciudad monumental, de esas en las que uno estira el cuello para mirar a los edificios, me acabo de dar cuenta que precisamente casi todas las fotografías las tomé en vertical.

Auténtica donde las haya, llegar a ella casi al atardecer hizo que conociésemos sus calles sin la aglomeración del turismo, disfrutándola entre los habitantes de la misma. Sentada en la Piazza del Campo, mirando la torre de Mangia, me sentía pequeña a la vez que involucrada en el ambiente.

Tras ese breve pero bonito instante, nos fuimos hacia el Duomo, callejeando por la parte de atrás de la Plaza del Campo. Edificio típico de la arquitectura gótica italiana de una portada cuyo dorado la hacía preciosa en la caída del sol. Allí, un grupo de chicas sentadas en las escaleras, probablemente pertenecientes a algún coro, nos deleitaron con música sacra aprovechando la acústica de la plaza.

Y con ello, poco a poco, fuimos alejándonos dejando atrás una ciudad que nos atrapó, a la cual sin duda algún día amenazamos con volver. Os dejo con algunas fotos.














lunes, 8 de septiembre de 2014

Volterra y San Gimignano, dos pueblos de La Toscana


Volterra y San Gimignano son dos pueblos de La Toscana a los cuales les tenía ganas cuando en mi mente se aproximaba la idea de ir a esta región de Italia. Dos pueblos con ese carácter medieval incrustado en cada calle, situados en lo alto de colinas desde las cuales visualizar estupendas panorámicas y con diferentes puntos de interés que los hace diferentes a pesar de sus similitudes.

Ambos están situados en una carretera de esas de curvas que nos llevan a conocer otra parte de La Toscana, a la cual se accede bien por la FI-SI RAC que debemos tomar antes de llegar a Siena desde Arezzo o bien por Florencia tomando el desvío adecuado hacia Volterra. Nosotros nos pasamos la salida del RAC, lo cual no me importó porque realicé la que para mí fue la foto del viaje en un restaurante de carretera, pero lo cual nos retrasó una hora ya que tuvimos que ir por carreteras muy secundarias. Ese despiste también nos dio oportunidad de traspasar el pueblo de Colle di Val d'Elsa bastante interesante de todos modos. 

Lo primero que hicimos fue llegar a Volterra, tras hacer parada en un mirador con un gran círculo rojo, motivo de parada para todos aquellos que se dirigen al pueblo de origen etrusco. Una vez hechas las fotos panorámicas, nos aproximamos a la población aparcando en el Parking 4, bastante bien situado y en cierto modo económico (a 1€ la hora aprox.) De allí nos encaminamos hacia las ruinas etruscas situadas en la parte más alta, las cuales están rodeadas de un parque con muchas posibilidades para estar en familia. De ahí comimos rápidamente en una cafetería y nos fuimos hacia el teatro romano. Parcialmente bien conservado, los 14€ de su entrada nos parecieron excesivos para nosotros que íbamos de low cost, así que subimos la cuesta para tener una visión desde arriba de todo el recinto. Después visita al Baptisterio, al Duomo y al ayuntamiento, para terminar con otra vista panorámica antes de dirigirnos al coche.

Tras Volterra, nos dirigimos a San Gimignano, que ahora sí estaba más próximo a la carretera del RAC para tomar el camino de vuelta. Este pueblo se nos hacía indispensable por su panorámica en la cual aparecen todas las torres en lo que viene siendo el Manhattan de La Toscana. Si bien hay que decir que pude divisar esa vista de camino a Volterra, cuando uno llega a esta población la sensación de rascacielos no es tan pronunciada. Pero caminar por sus calles nos llevó a conocer que en el Museo de Arte Moderno se estaba llevando a cabo una expo de Elliot Erwit, que en la plaza del Duomo había un 600 precioso esperando a los novios de una boda y algunas calles se convertían en pasadizos estrechos y oscuros que conducían a otra vista panorámica. Interesante fue llegar a la fuente de origen romano, en la cual pude sumergir los pies cansados de tanta cuesta. Hay varios aparcamientos al aire libre en las proximidades del pueblo, un pelín más caros que los de Volterra no obstante.

Os dejo con algunas fotografías, espero os gusten. En www.lamiradadegema.es disponéis de más instantáneas en el post sobre La Toscana, así como en el Flickr de JLuxe

Palomas en una plaza de San Gimignano

Farola típica de San Gimignano

Coche nupcial


Vista de San Gimignano desde abajo antes de comenzar a subir hacia el pueblo

Vistas desde San Gimignano

Escultura en un taller de Volterra

Teatro romano de Volterra

Laterales del recinto del teatro romano de Volterra

Teatro romano de Volterra

Parque al lado de las ruinas etruscas de Volterra

Parque en Volterra al lado de las ruinas etruscas

Mirador antes de llegar a Volterra



lunes, 1 de septiembre de 2014

Civita di Bagnoregio, probablemente uno de los enclaves más bellos de Italia


Cuando estuve mirando pueblos para recorrer en mi viaje a La Toscana, Civita di Bagnoregio era una población que aparecía en las búsquedas de Google. Inmediatamente me enamoré y elaboré junto a mi acompañante una ruta que incluyese este destino. Convencida que formaba parte de La Toscana, seguí con la idea hasta ayer, cuando un amigo fotógrafo me comentó que realmente pertenecía al Lazio. Ya me extrañaba al ver la proximidad con Roma y la orografía del paisaje. 

Igualmente, formó parte de nuestro primer día en tierras de La Toscana. Llegamos desde Roma por la A1, la autopista (Autoestrada) más importante de Italia que recorre prácticamente casi todo el país de norte a sur, cogiendo el desvío que lleva a Bomarzo pero tomando la carreterita que sube a Bagnoregio. En este punto lo mejor es hacer caso al GPS o en su defecto al mapa de carreteras, hay muchas carreteritas por no decir caminos que conducen a la zona, nosotros tuvimos la sensación de que el GPS nos había perdido hasta que un hombre nos confirmó la ruta en una gasolinera, majísimo el señor. 

La idea que teníamos del pueblo, era que entraríamos por una carretera/puente que nos iría dando las vistas al impresionante enclave. Nada más lejos de la realidad llegamos a Bagnoregio con una pequeña frustración. Tuvimos, eso sí, la suerte de aparcar en un estacionamiento gratis y comenzamos a subir por la calle principal, escogiendo una cafetería para desayunar, puesto que habíamos salido a toda prisa de Roma tras coger el coche de alquiler (en Maggiore, por cierto, a muy buen precio y buen servicio). Después del capuccino de rigor y unos dulces que nos supieron a gloria, seguimos por el pueblo buscando cuáles serían las vistas que tanto nos habían impactado en internet, por lo que optamos por preguntar en una tienda de souvenirs y enseguida nos indicaron. 

Cual fue nuestra sorpresa al descubrir que Civita de Bagnoregio era otra población sólo accesible desde Bagnoregio a pie por la famosa pasarela que aparece en las fotos. Desde un primer mirador se puede admirar todo el paisaje de montañas que nos recordaban a Las Bárdenas Reales pero en suelo italiano. Una vez bajadas unas escaleras desde el mirador, llegamos a un punto en el cual había que pagar la entrada de 1,5€ por persona. Un precio razonable por entrar en un lugar único en el mundo. 

Fuimos subiendo la pasarela que desde lo lejos parecía más complicada, pero que después sólo llevaba apenas 10 minutos. Y tras dos cuestas finales, el arco de entrada nos esperaba para recorrer lo que viene a ser el encantador pueblecito de Civita di Bagnoregio. 

Preparado para el turismo, cuenta con varios buenos restaurantes, tiendas gourmet y algunos alojamientos. Pero todo ello concentrado en apenas una calle principal y las que salen a su paso, las cuales terminan en miradores donde poder seguir disfrutando del paisaje. 

La verdad es que es un lugar singular donde los haya. Jamás habíamos conocido una población a la cual se accediese desde una pasarela y que regalase tan impresionantes vistas. Os dejo varias fotos que seguro os van a hacer querer visitarlo. 



Vistas desde Civita de Bagnoregio


Vistas desde Civita de Bagnoregio

Detalle de la Plaza de Civita di Bagnoregio

El paisaje que nos recordaba a Las Bárdenas Reales

Una calle sin salida de Civita di Bagnoregio

Vistas desde el mirador de Bagnoregio hacia Civita




Rincón de Bagnoregio (no Civita)

Rincón de Bagnoregio (no Civita)